Despertaré una mañana
Sobre nubes de algodón…
Luego de ese sueño profundo del dolor;
Ya no sentiré nada,
Ya mis heridas habrán sanado,
Solo quedará el recuerdo de aquel trago amargo,
Ese trago que llenó mi boca
Del sabor amargo de la vida,
Ya no sentiré dolor alguno,
Ya no…
Vendrán días interminables,
Vendrán días de soles eternos
Sin nubes que oscurezcan el cielo,
Sin nubes cargadas de lágrimas,
Noches de eternas estrellas…
Y lunas plateadas…
Solo despertaré en suaves y blancas nubes de algodón,
Pero… ¡¿cuando llegará ese día?!
Hoy solo son días cubiertos de lágrimas…
Días cubiertos de oscuras nubes
Y noches de lunas eclipsadas.
Oh Dios… ¡¿cuando llegará ese día
En que las flores no se marchiten?!
Ese día en que las aves no cesen
De cantar con su dulce trinar…
Oh, Dios… ¿cuando el agua del río
Sonará como suave melodía en mis oídos
Y me envolverá con su murmullo al correr entre la grava?
Hoy las nubes están tan lejanas
Que estiro mis brazos hacia ellas
En un intento de alcanzarlas,
Más no puedo…
No puedo tocarlas;
Y mi alma se desespera
Y mi alma se revuelca ante ese dolor
De no poder alcanzarlas.
Oh Dios… ese día debe llegar…
Porque hasta ese momento
Mi alma no descansará en paz…
Una mañana despertaré
Entre esas blancas nubes de algodón,
Y podré sentir el eterno perfume
De los blancos jazmines
Inundando todo alrededor,
Podré escuchar el canto de las aves
Como dulces melodías
Al ocultarse el suave y brillante sol,
Envuelta en la suave brisa del atardecer.
Oh díos… ese día está pronto a llegar…
Por eso estiro mis brazos…
En un desesperado intento por tocarlas…
Más no puedo ni siquiera rozarlas,
Y mi alma se desespera por alcanzarlas…
Pero el torbellino de la vida aun me envuelve
Como huracanes que todo a su paso arrasan,
Dejando heridas tan profundas
Que solo el tiempo puede borrarlas.
Una mañana… simplemente…
Despertaré sobre nubes blancas…
eliss
Sobre nubes de algodón…
Luego de ese sueño profundo del dolor;
Ya no sentiré nada,
Ya mis heridas habrán sanado,
Solo quedará el recuerdo de aquel trago amargo,
Ese trago que llenó mi boca
Del sabor amargo de la vida,
Ya no sentiré dolor alguno,
Ya no…
Vendrán días interminables,
Vendrán días de soles eternos
Sin nubes que oscurezcan el cielo,
Sin nubes cargadas de lágrimas,
Noches de eternas estrellas…
Y lunas plateadas…
Solo despertaré en suaves y blancas nubes de algodón,
Pero… ¡¿cuando llegará ese día?!
Hoy solo son días cubiertos de lágrimas…
Días cubiertos de oscuras nubes
Y noches de lunas eclipsadas.
Oh Dios… ¡¿cuando llegará ese día
En que las flores no se marchiten?!
Ese día en que las aves no cesen
De cantar con su dulce trinar…
Oh, Dios… ¿cuando el agua del río
Sonará como suave melodía en mis oídos
Y me envolverá con su murmullo al correr entre la grava?
Hoy las nubes están tan lejanas
Que estiro mis brazos hacia ellas
En un intento de alcanzarlas,
Más no puedo…
No puedo tocarlas;
Y mi alma se desespera
Y mi alma se revuelca ante ese dolor
De no poder alcanzarlas.
Oh Dios… ese día debe llegar…
Porque hasta ese momento
Mi alma no descansará en paz…
Una mañana despertaré
Entre esas blancas nubes de algodón,
Y podré sentir el eterno perfume
De los blancos jazmines
Inundando todo alrededor,
Podré escuchar el canto de las aves
Como dulces melodías
Al ocultarse el suave y brillante sol,
Envuelta en la suave brisa del atardecer.
Oh díos… ese día está pronto a llegar…
Por eso estiro mis brazos…
En un desesperado intento por tocarlas…
Más no puedo ni siquiera rozarlas,
Y mi alma se desespera por alcanzarlas…
Pero el torbellino de la vida aun me envuelve
Como huracanes que todo a su paso arrasan,
Dejando heridas tan profundas
Que solo el tiempo puede borrarlas.
Una mañana… simplemente…
Despertaré sobre nubes blancas…
eliss
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1 comentario:
Hola hermosa pagina, saludos
Quiet Naight
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